El Judaísmo reformista (hebreo: יהדות רפורמית) es una de las grandes ramas de la religión judía (Judaísmo rabínico) en la actualidad, de origen Ashkenazí, junto con el Judaísmo ortodoxo y el Judaísmo conservador o masortí'. De estas tres ramas, el reformismo es la de mayor antigüedad. El Judaísmo reformista
(también llamado "progresista" y "progresivo") defiende la autonomía
individual en lo relativo a la interpretación de los preceptos
religiosos (hebreo: מצוות / mitzvot).1
El "espíritu reformista" en el Judaísmo tiene sus antecedentes en el profeta Nehemías (hebreo: נחמיה) y sus reformaciones entre 431 y 430 antes de la Era Común. [1]. Incluso figuras como el Gaón de Vilna,
en tiempos más recientes, mostraron actitudes de claro pensamiento
reformista. Sin embargo el Judaísmo Reformista de la modernidad es una
de las corrientes herederas del judaísmo Progresista o Liberal que
aparece en Alemania durante el Siglo de las Luces, aunque hoy en día difiere significativamente de éste. A su vez estas corrientes fueron influídas por la Haskalá
(en hebreo: השכלה; "Iluminismo", "educación", de la raíz sekhel
"intelecto", "mente"), también conocida como el "Iluminismo judío". La
Haskalá fue el movimiento que se desarrolló en la comunidad judía
europea a fines del siglo XVIII que tomó los valores del siglo de las
luces, buscando una mejor integración con el entorno e incrementar la
educación del hebreo, la historia judía y demás conocimientos seculares,
fuera del ámbito de la escuela religiosa o yeshivá.
En el Siglo XIX, en un entorno histórico de evolución hacia la
emancipación de los judíos, las tensiones entre la sociedad moderna y el
modo de vida de las comunidades hebreas tradicionales se agudizaron.
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